tarsier tarsius

El tarsero fantasma o tarsio fantasma (Tarsius tarsier) es una especie de primate tarsiforme, constituye la especie tipo del género Tarsius.
Su área de dispersión se circunscribe a Indonesia, concretamente son endémicos de la Isla Célebes, las cercanas islas Buton, Muna, Kabaena, Selayar y las Islas Togian, y está presente hasta una altitud de 1.100-1.500 msnm. Es muy probable que estas poblaciones estén subdivididas en numerosas especies insulares y parapátricas, según algunas hipótesis recientes.3
De acuerdo a diversos estudios, este taxón se encuentra en bosques primarios, secundarios, manglares y jardines forestales, así como en una cierta variedad de otros hábitats con diferentes grados de perturbación humana, pero que proporcionan cobertura arbustiva adecuada. El tarsio muestra adaptaciones extremas para aferrarse verticalmente, trepar y desplazarse saltando en su hábitat adecuado: el sotobosque tropical, a menudo a 2 metros o menos del suelo. Se piensa que el ámbito hogareño o área de vida (home range) del tarsero fantasma es de alrededor de una hectárea o menor.
Son primates de hábitos sociales nocturnos, viven en grupos pequeños de 2 a 6 individuos, de costumbres monogámicas o polígámicas. Los adultos machos pesan entre 118 a 130 gramos, mientras que las hembras varían entre los 102 a 114 gr. La longitud promedio cabeza-cuerpo de los ejemplares adultos va de 9 a 14 centímetros, mientras que la cola posee un rango de longitud de 20 a 26 cm. La dieta se compone en un 100% de presas animales vivas (carnívoros), fundamentalmente insectos (insectívoros) y, ocasionalmente, algunos pequeños vertebrados, como roedores y reptiles.6​ El promedio de vida en estado salvaje es de alrededor de 10 años, sin embargo, en cautiverio se han visto ejemplares que pueden llegar hasta los 17 años.
Para algunos autores, es el mamífero con el ojo más grande en relación a su tamaño.

Orígen y evolución

Se cree, porque existen pocos fósiles de ellos en el registro, que pertenecen a un grupo muy antiguo del género de los tarsiiformes, aparecidos en el periodo geológico del Eoceno, hace más de 55 millones de años. Son la única familia sobreviviente de los tarsiiformes, porque las demás ya se han extinguidos. Pertenecen a la suborden de los haplorrinos, que debe su nombre a que no tienen las narices protegidas por una membrana alrededor, ni tampoco pelos rígidos junto al hocico (similares a las de los gatos o los zorros), como sí que los tienen los lémures.
Es el mismo suborden al que pertenecen los grandes primates, entre ellos el ser humano. Uno de los más conocidos es el Tarsius tarsier, o tarsero fantasma, que es la especie tipo de este animal. A primera vista, es menos apto para la supervivencia que otras especies, porque carece, por ejemplo, de membranas adhesivas en sus patas.

Características de los monos tarseros

Los tarseros destacan sobre todo por sus ojos, que son muy grandes -para algunos autores, los mayores de acuerdo con el tamaño entre los mamíferos- para un tronco pequeño y unos pies largos, aunque son más grandes que los primates del suborden de los lemures, poseen un cerebro diametralmente mayor y pueden ver mejor, siendo  capaces de distinguir los distintos colores y de girar la cabeza 180 grados.
 La naturaleza los ha dotado de cuerpos capaces de saltar, deslizarse y aferrarse a las ramas de los árboles en los que viven, generalmente a dos metros sobre el suelo. En el caso de los tarseros fantasmas, hay un cierto dimorfismo sexual: los machos pesan algo más que las hembras, pero ninguno pasa mucho de los 100 gramos. Abarcan entre 9 y 14 centímetros de largo, con una cola que oscila entre los 20 y los 26. Viven unos 10 años en la naturaleza y hasta 17 en cautividad. Físicamente se parece a una rata, con su hocico corto y sus dedos largos, aunque tiene orejas largas como las de los murciélagos.

Alimentación

Basada sobre todo en insectos, si bien consumen ocasionalmente pájaros y serpientes pequeñas, además de reptiles y roedores los tarseros fantasma, que son completamente carnívoros. Son primates extrañamente solitarios y que viven de noche, por lo que muchos humanos antiguos de las zonas en las que se encontraban creían que eran seres demoníacos. Los tarseros fantasma viven en grupos de hasta 6 individuos y que pueden estar compuestos de solo dos.
Algunos son monógamos, otros polígamos. Una curiosidad reproductiva es que, a diferencia de los demás haplorrinos, los tarseros tienen un útero bicorne y no de una sola cámara. Dan a luz a una sola cría que tarda en gestarse cerca de doscientos días y pasan mucho tiempo con ella.

 
¿Dónde viven?

Los tarseros se encuentran amenazados. Todavía no en peligro grave de extinción, pero sí bastante vulnerables. Como animales portadores de mala suerte o tenebrosos que se consideran aún en algunas zonas donde viven, se les caza sin piedad, dañándolos o hasta matándolos por culpa del estrés al que se ven sometidos. Su distribución es muy escasa a causa de la disminución de su hábitat, que se ha quedado en casi nada.
Podemos encontrar tarseros nada más que en algunas partes de Indonesia (situado en el sudeste asiático), en las islas Togian y en las Célebes (de las que son endémicos) y sus alrededores, en la zona centro norte de esta nación, al este de la enorme isla de Borneo, donde también se les ha visto, al igual que en Sumatra. Viven en altitudes de hasta 1.500 metros sobre el nivel del mar y se especula actualmente que se encuentren repartidos en poblaciones insulares. Habitan en los bosques y manglares de estos parajes, principalmente en las partes altas del sotobosque tropical. Ocupan áreas de entre 3 y 12 hectáreas.



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